0 comentarios

El Movimiento


Hay un refrán que dice que el movimiento se demuestra andando, y es lo que estoy 'a puntito' de hacer.

Hace pocos días, estuve tomando café (como no podía ser de otra forma) con 1 amig@, y además de saborear el café, de recordar algunas de las perrerías que habíamos hecho cuando andábamos a la par, además nos dio por hablar de ideas y proyectos que teníamos todavía por llevar a cabo.
Entre uno de sus proyectos está dejar la empresa con la que trabaja desde hace tiempo, y empezar una nueva andadura por su cuenta, empezar a trabajar como autónom@.

Al parecer la idea no es nueva, desde hace tiempo le ronda la cabeza, y al parecer, está llegando el momento de tomarse un pequeño respiro, poner los pies en el suelo y tomar una decisión·

·Lo que si tengo claro, con lo poquito que le conozco, es que va a tomar la mejor decisión, porque así como en ocasiones puede dar la impresión de ser un poco 'veleta ' cuando llega el momento, es muy capaz de razonar, de pensar con claridad, y por supuesto, una vez tomada una decisión tirar " P'alante ".

Hablamos que la empresa con la que está ahora mismo, es una empresa normalita, sin ser ni buena ni mala.
Sin embargo, me comenta que tiene la impresión de que ha llegado el momento de poner nuevo rumbo a su vida, de afrontar nuevos retos, de encauzar toda la energía que lleva en vez de sangre (juraito que no es poca) y aprovechar un poco mejor esa creatividad de la que hace gala a poquito que le dejen.

Es consciente que para no llevar la contraria a uno de los principios de Física, el que dice que toda 'acción' lleva consigo una 'reacción' de sentido inverso y de la misma intensidad, sabe que por ese principio, es probable que note un poco de resistencia, un poco de opresión, algo de "Ni se te ocurra".
Este principio es el que nos permite movernos en el agua mientras nadamos, y que aunque parezca curioso, en realidad lo que estamos haciendo es desplazar el agua hacia atrás, lo que lleva a que nos movamos hacía delante. O como las aves, que mientras vuelan, lo que hacen es empujar el aire hacia abajo, consiguiendo de esta forma elevarse.

Para alguien como nosotr@s que nos hemos criado rodeados de agüita por "tos laos", es fácil saber que si mientras intentas nadar, mueves los brazos y los pies demasiado deprisa, o de forma poco armoniosa, lejos de avanzar, lo único que vas a conseguir es margullar, salpicar a 'toit@s' los que estén cerca de ti, y poquito más.

Como tengo la suerte de haber estado a ambos lados, ya fuera trabajando por cuenta ajena, para diferente empresas, o por mi cuenta, estuvimos viendo los posibles pro y contras de atarse la manta a la cabeza y empezar casi de nuevo, por su cuenta.
Con el genio que tiene, con la experiencia que ha atesorado, con ese don de gente que le acompaña, con esa facilidad que tiene para prestar atención a los pequeños detalles, en saberse ganar a la gente que tiene a su alrededor, en ocasiones con esa expresión de no haber roto nunca un plato, en ocasiones con una risa de lo más curiosa, ya que cada vez que oigo esa risa, me recuerda el sonido del "Pupu" o Abubilla

Es muy probable que no tenga mayor problema en encontrar cositas que hacer. Porque para qué engañarnos, aunque no sea de Gáldar, es capaz de hacer las cosas casi tan bien como yo (que ya es decir :-) Es 1 artista en saber llevar a buen puerto las cosas que empieza, y esta vez seguro que no va a ser menos.

Cuando estábamos dudando entre tomarnos el penúltimo café en el mismo sitio, o por el contrario, buscar otro sitio donde continuar la conversación, se levanta y me dice (pisco más o menos) "Hoy invito yo. Voy a tomarme un par de días para ver que caraj* hago, y ya te cuento la decisión que tomé"

J*er, de piedra me dejo esa decisión tan repentina, pero es algo a respetar.
Si bien es cierto que poco más puedo hacer, también es cierto que no acostumbro quedarme de brazos cruzados, cuando veo que alguien está intentando hacer algo por su propio bien.

Hace tiempo leí esta anécdota, atribuida a Ghandi.

Gandhi y El Azúcar
En una ocasión una abuela trajo su nieto a Mahatma Ghandi. El niño tenía un apetito insaciable por el azúcar lo cual estaba poniendo en peligro su salud.

“Por favor, ella suplicó a Gandhi, dígale a mi nieto que deje de comer azúcar, ya que se que él lo respeta mucho a usted, yo se que él le escuchará lo que usted le diga. Gandhi les pidió que se fueran y regresaran en cuatro días.

Cuatro días más tarde regresaron la abuela y el nieto. Gandhi mirando a los ojos al nieto de la señora le dijo con autoridad: “ Deje de comer azúcar, estás hiriendo tu cuerpo”.

Después de un breve silencio, la abuela le preguntó a Gandhi. Señor, por qué usted nos pidió esperar cuatro y regresar, si esto mismo lo hubiera dicho el día que vine?

Gandhi respondió: “Señora, hace cuatro días yo estaba comiendo azúcar y no podía hablarle con autoridad a su nieto. Ahora puedo, porque hace cuatro días dejè de comer azúcar”.

Qué sencillo sería decirle que es fácil tomar una decisión tan importante, tan crucial como esa, sobre todo si no nos encontramos en "su piel", pero debe de ser que el día que recomendaron tomar el camino fácil, ese día tampoco asistí a clase :-)
Para decirle que se puede intentar, que cosas similares se pueden conseguir, voy a empezar a cambiar mi cortadito de las tarde (J*er, todavía no he empezado y ya me estoy arrepintiendo) por un tipo de café que nunca me ha hecho 'tilín'. Voy a sustituir mi cortadito de las tardes por un cortado descafeinado, J*er, solo de pensarlo se me revuelven hasta las tripas :-)

Recuerda el movimiento se demuestra andando, y si es por una buena causa, "más mejor" :-)


Seguir Leyendo